lunes, 28 de marzo de 2016

Spotlight: Ese periodismo necesario

Cualquiera que haya pasado por una redacción periodística podrá sentirse identificado por cada escena y lo que conlleva ese compromiso que excede los espacios y horarios laborales. En ese sentido, más allá de alguna sobreactuación, Spotlight logra retratar con fidelidad el día a día del periodista, tanto así como las dificultades y los conflictos inherentes a la profesión.
La película llega al espectador por una impecable estructura narrativa, una historia de mucha fuerza y una carga de suspenso que por momentos resulta asfixiante. Tiene un desarrollo inteligente de la trama, que logra tocar con mucha responsabilidad a través de un discurso potente un tema sensible. El filme logra introducir a la historia al espectador hasta el punto de sentir la misma angustia de comprobar la veracidad de esos hechos, sistemáticamente ocultados por la falsa moral y la hipocresía de una sociedad y una iglesia que han hecho el esfuerzo por mantener estos hechos en la oscuridad, y a sus víctimas en un estado de abandono.
En pleno siglo XXI, donde el periodismo cumple un papel cada vez más diversificado y donde la prensa pasa un periodo de crisis que parte de lo económico pero que se relaciona directamente a un modelo de medio que está mutando indefectible y frenéticamente, y tiene el desafío de volver a ser (o ser cada vez más) esencial para sus lectores. Es que mucho cambió dentro del periodismo desde la introducción de las plataformas digitales y el auge de las redes sociales que alteraron la manera de comunicar de la gente y particularmente de los medios. Ante todo se mantiene la esencia del periodismo que creo es, comunicar con veracidad. Y es por eso y más que aún es imprescindible el rol del periodismo ante la sobrecarga de información que existe hoy en día y la posibilidad que tienen los lectores para contrastar fuentes.
Entonces, y finalmente, Spotlight sirve además para valorar la necesidad de ese periodismo comprometido con sus lectores, con su comunidad, que no escapa a su rol en los momentos de crisis y no se rinde ante los grandes intereses de los poderes hegemónicos (sean estos económicos, políticos o eclesiásticos). Que tumba gobiernos, desenmascara funcionarios corruptos y sobre todo, va decididamente contra el sistema.


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