viernes, 11 de marzo de 2016

Santiago de Chile


La Cordillera de los Andes es un gigante
que te abraza al llegar
que te ruge amable y te susurra al oído
una historia recostada en una ciudad que bulle

Esta ciudad sabe tan profundamente de mí como yo de ella,
estamos hermanados por tanta sangre caída,
por tantos atardeceres,
el 73 es un déjà vu espantosamente eterno
es un cóndor que sobrevuela aprisionándonos

Esa multitud en La Alameda,
nos persigue sin piedad
para contarnos una historia
que habla de calles conquistadas
que habla de calles sedientas
una siesta calurosa de febrero

En esas mismas calles los veo
a Nicanor y a Vicente, a Gonzalo y al otro Pablo
La casa-barco se abre y nos sumerge a su mar
oyendo los versos del Capitán en sus rincones,
viendo a través de sus ventanas abiertas
sus cristales y su magia
el verde sentir del Parque Forestal
una quietud innombrable y amable

El Cerro San Cristóbal nos reúne en torno a la ciudad,
esa bruma que crece, nos respira
es la ciudad a nuestros pies, es la ciudad espejada.
Somos nosotros mirándonos en ella, diez años después
somos nosotros tocando tierra, tocando cielo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario