miércoles, 6 de noviembre de 2013

La historia del zapato roto y la manzana anaranjada

Esta no es la historia del zapato justiciero que pasó rasante a unos centímetros de la cabeza de George Walker Bush, ni del otro par que pasó un poco más lejos a falta del elemento sorpresivo que tuvo el anterior, pero que de igual manera hizo historia y hasta salió en tapa de periódicos en todo el planeta, tan famoso que si uno apenas pone ‘zapato’ ‘bush’ en el buscador de Google aparecen al menos 570.000 resultados, incluso biografías y hasta la famosa sección “¿Qué se hizo del zapato del periodista iraquí?”, demás está decir que tiene por lo menos 253.000 fans en su página de Facebook no oficial. No, no voy a hablar de eso, en parte porque tengo miedo de que un periodista me tire sus zapatos, o lo que es peor, que me haga una pregunta.

Esta sí, es la historia de un zapato viejo y anochecido, con el traste roto de tanto trajinar, que ese miércoles de verano se deslizó como pudo hasta el comedor familiar, hambriento hasta la plantilla, con semanas sin probar siquiera una media con frutillas, en fin, hambriento en serio estaba.

            -¡Hija de fruta! –gritó el zapato cuando se percató de la presencia de esa manzana, medio verde medio roja, digamos que una teenager pura y casta, e insinuó llevársela a la cama. La manzana se resistió y se puso anaranjada del espanto.
            -Manzana, ¿no me digas que sos naranja? –le preguntó decepcionado el zapato.
            -Ni me hables zapato de mierda –le respondió y el zapato que no era de mierda ni había pisado ninguna desde la última vez que subió las escaleras del Congreso, se indignó –ahora que está tan de moda indignarse.
            -Pudrite manzana –le dijo el zapato y se abrió del lugar.

Pasó un buen tiempo y la manzana, sí, se pudrió.
            -Te parto igual –le gritó el zapato con la lengüeta afuera cuando la vio paseando cerca del Mercado Nº 4 una tarde de domingo.
            -¡Nde sapatúre! –exclamó la manzana al reconocerle y se quedó sin palabras.

             Esa misma noche la manzana finalmente, entregó. Lo que el viejo zapato roto, no sabía, es que las manzanas podridas podían caerte mal y contagiarte bichos raros, y el muy pelotudo no llevaba puesto el cordón.

miércoles, 23 de octubre de 2013

"Curuvica", incluida en el atlas sonoro de las palabras más autóctonas del español

En el marco del VI Congreso Internacional de la Lengua Española desarrollado en Panamá del 20 al 23 de octubre del presente, el periódico español El País pidió a 20 escritores hispanohablantes que elijan el vocablo que consideren que mejor representa a su país para construir el atlas sonoro de las palabras más autóctonas del español.

Ilustración de Ana Juan | El País
Por Paraguay convocaron al narrador José Pérez Reyes (Clonsonante, 2007) quien optó por la palabra "curuvica", argumentando que "se trata del pequeñísimo fragmento resultante de la trituración de algún material sólido. Como un párrafo desprendido de una obra. Viene al caso porque los escritores por ejemplo, juntamos palabras como curuvicas y de esa suma de restos sale un texto" señaló el escritor.


Este vocablo es de origen guaraní /kuruvi/ con sufijo español /ica. De empleo coloquial, si bien con menor preponderancia, podemos decir que esta palabra sigue viva en el cotidiano paraguayo.

El diccionario de la Real Academia Española la reconoce como paraguayismo y la define de la siguiente forma:
(Del guar. curuví, fragmento, trozo, y el suf. dim. esp. -ica).                        
1. f. NE Arg. y Par. Fragmento diminuto que resulta de la trituración de una piedra, y,por ext., de cualquier otro material sólido.

Comparto en gran medida la elección hecha por el escritor compatriota y de hecho fueron esas algunas de las razones que motivaron el nombre de este espacio virtual. Por tanto, no puedo más que celebrar la casualidad.

Por otra parte, los demás escritores seleccionaron a su vez palabras como "boludo" (Argentina), "vaina" (Colombia), "asere" (Cuba), "pinche" (México), entre otras.

No hay dudas de que el español es una lengua dinámica y en expansión, muestra de ello es la gran cantidad de variantes que van incorporando los hablantes. La discusión está en el supuesto policentrismo que defiende la Real Academia Española -la misma que impone tanto el DRAE, como las nuevas ortografía y gramática-. 

viernes, 8 de febrero de 2013

A un año de la partida del Flaco, su música y su poesía siguen brillando

Luis Alberto Spinetta, considerado uno de los pioneros del rock argentino, fallecía el 8 de febrero de 2012 a causa de un cáncer de pulmón. A un año de la partida del Flaco, su música y su poesía siguen brillando.

Su carrera comenzó con Almendra, en 1967, quienes dos años después editaron su álbum debut homónimo, que incluía una de las canciones más emblemáticas y recordadas, Muchacha ojos de papel.

El poeta del rock lideró además otros grupos como Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade, y Los Socios del Desierto, con quienes trazó una parte importante de la historia de la música argentina. Además de su profusa carrera solista, donde editó más de quince álbumes de estudio.

El 4 de diciembre de 2009, se realizó el histórico concierto Spinetta y las Bandas Eternas, un gigantesco recital en el estadio Vélez Sarsfield de la Ciudad de Buenos Aires con más de cinco horas de duración, en el que repasó toda su carrera acompañado de cada una de las bandas que lideró, además de contar con invitados como Fito Páez, Charly García, Ricardo Mollo, Juanse y Gustavo Cerati.


Luis Alberto Spinetta | www.spinettacual.com.ar

Música y poesía

Para Spinetta, música y poesía estaban íntimamente vinculadas y componían las dos caras de su personalidad. Su proceso creativo partía de la música para dirigirse luego hacía la lírica.

El Flaco tenía una faceta propiamente poética, él mismo había señalado que existen «cuadernos y cuadernos llenos de poesías» escritas por él, de los cuales fue editado en 1978 el libro Guitarras negras.

Inmortal 

 "Mi viejo es música, luz. Su cuerpo no dio más, pero su mente y su alma están brillando, es inmortal" había señalado Dante Spinetta, hijo de Luis Alberto y también músico.

Las cenizas del Flaco fueron esparcidas en el Río de la Plata, a metros del Museo de la Memoria, donde sus fanáticos acuden a dejarle una flor y ver el atardecer junto a él.

A un año de su muerte, cantaron a Spinetta

Al cumplirse un año de su muerte, una veintena de músicos argentinos se reunieron y celebraron su obra en Villa Gesell, con la presencia de destacados artistas de la talla de Lito Vitale, Juan Carlos Baglietto, Gustavo Santaolalla, Miguel Cantilo, David Lebón, Hilda Lizarazu, Pedro Aznar, Lisandro Aristimuño, Fernando Ruiz Díaz y Juanse.

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Publicado en ULTIMAHORA.COM