martes, 12 de enero de 2010

La desintegración de la memoria

Ayer por la noche un corte de luz me dejó a oscuras por algunas horas, totalmente a oscuras, no encendí velas, no usé linternas, cada paso que quería dar lo daba de memoria, subía escalones, abría cajones, buscaba libros perdidos y los encontraba. A oscuras recitaba párrafos, y aunque no los leía, los podía sentir.

"Desintegración de la persistencia de la memoria" de Salvador Dalí
Hay veces que olvido lo que quiero recordar. Nombres, instantes, pasiones, canciones, recuerdos...

Otras, recuerdo sólo lo que desearía olvidar. Momentos, razones, personas y olvidos...

Pensándolo bien, prefiero antes que nada, olvidar quien fui y recordar quien voy a ser. Se me hace más sano.

Con los años uno va olvidando más cosas. Y como cada vez hay más por recordar se hace común olvidar. Ya no alcanza prestar cerebros para almacenar datos ni recuerdos, ahora son necesarios discos duros.

A veces olvido contraseñas, números de casas y de los buses que espero. Pero me sorprendo al recordar números de teléfonos de novias del pasado o de documentos que no son míos, recuerdo números de páginas o sueños sin sentido.
"Memoria" de René Magritte
Veo rostros que me parecen conocidos, muy conocidos, pero no los conozco, no sé quiénes son, los saludo con la mirada o los esquivo ágilmente. En el instante en que los veo, más que reconocerlos los olvido.

Tal vez mañana olvidaré ponerme los zapatos, la camisa y me olvidaré de salir vestido, quizá también olvide dónde vivo y el porqué escribo lo que escribo.

1 comentario:

  1. "Pero yo sé guardar y usar lo triste y lo barato
    en el mismo bolsillo donde llevo esta vida
    que ilustrará las biografías"

    ResponderBorrar