lunes, 1 de marzo de 2010

Ser o no ser antilopizta (o El día de todos los héroes)

El 1.º de marzo de 1870, una guerra desigual y sangrienta llegaba a su fin, o al comienzo de su fin. Francisco Solano López, presidente y mariscal de guerra del ejército paraguayo moría en Cerro Corá pronunciando su tan famosa frase.

¿«Muero con mi patria» o «Muero por mi patria»?

Obra de Cándido López

Ninguna de las dos. Y aquí lo comparo a Solano López con el personaje de un cuento de Borges, quien antes de morir comprende «que le han permitido el amor, el mando y el triunfo, porque ya lo daban por muerto».

"La paraguaya" obra de Juan Manuel Blanes
En otras palabras, Solano López firmó su sentencia y la de su patria, incluso antes de iniciada la guerra. Por lo tanto, nadie puede morir estando ya muerto.

El 10 de mayo de 1865, Argentina, Brasil y Uruguay firmaron el Tratado Secreto de la Triple Alianza y se repartieron anticipadamente el territorio paraguayo, el tratado además condenaba al Paraguay a pagar los “gastos de guerra”, de esa guerra fabricada con olor a dinero inglés.

El general argentino Bartolomé Mitre, anunció que en tres meses arrasarían Asunción, sin embargo la guerra duró cinco años.

Cinco años después, el Paraguay estaba devastado, de los 500.000 habitantes quedaban 200.000, en su mayoría mujeres y niños.

El gobierno provisional instaurado declaró a Solano López «Traidor de la patria y enemigo del género humano».


Muchos años después, con “El revisionismo histórico” Solano López fue convertido en héroe.

Ser o no ser antilopizta, esa es la cuestión.

Yo quiero celebrar el Día de Todos los Héroes, de los héroes diarios, de los que batallan cada día.

De los héroes que salvan familias y de las heroínas que dan de comer a cientos de niños cada día.

Porque un héroe no manda al frente de batalla a cientos de niños ni expone a su pueblo al genocidio.

No quería sonar trillado, pero ya lo hice.

2 comentarios:

  1. ser o no ser antilopizta...he aquí el dilema. Muy acertado ratón...Baez u O´leary. Razon o sentimiento. Tal vez no exista respuesta certera. Tal vez todos los caminos conducen a Roma. Fuimos, somos y seguiremos siendo una nación rendida a la mediocridad. Ojala podamos demostrar lo contrario en un futuro no muy lejano. Mientras tanto no resta más que seguir deambulando por las alcantarillas del tercer mundo y esta América que tiene las venas abiertas y el corazón con las arterias bloqueadas.

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  2. Por qué tanto pesimismo amigo Caminante, queda aún mucha historia por escribirse. Gracias por comentar.

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